NO SOY UNA SEÑORA (de una conducta intachable)

En las cajas de Metro, con el limpiador del estacionamiento, la telemarketera que me llama un sábado en la mañana para ofrecerme una tarjeta de crédito, el chibolo que se acerca al carro a pedir plata… De todos ellos ya me acostumbré oír decirme “señora”.
Pero debo reconocer que me jode escucharlo de los labios de “señores mayores”.
Que en la misa un octogenario me de el abrazo de la paz diciéndome esas 3 sílabas… JODE
Que una tía cincuentona me pregunte donde encontré ese vestido (chibolero) que estoy a punto de comprar usando las 3 sílabas… JODE
Que el vigilante de tu cuadra medio dormido, te abra la reja de madrugada y te salude usando esas 3 malditas sílabas… JODE
Qué hacer? Pues aceptarme como adulta contemporánea que soy. Con ahorros suficientes para disfrutar su soltería en gastos inimaginables para un casado responsable.
Ah! Además es recomendable: no ir a misa, pagar con audífonos puestos a todo volumen y subir la luna del auto al entrar a tu cuadra.
C.

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