Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2019

La historia de una cicatriz

Imagen
Esta historia transcurre en setiembre de 1985, cuando me percaté que tenía un atractivo mentón partido, que tenía un hoyuelo encantador en el cachete izquierdo y que aún era lampiña. En ese entonces, tener el mentón partido parecía ser un símbolo de belleza, pues veía que varios galanes de telenovelas tenían esa marca registrada. Los amigos de mis papás, las tías que veía en cada misa familiar y los compañeros del trabajo de mi hermana mayor, todos decían que se me veía “tan linda”, aunque no entendía muy bien por qué alababan tanto mi carita de niño-niña de ese entonces.  Tenía 9 años y pasaba por la edad del “patito feo”. Llevaba el pelo muy cortito. Mis cabellos eran azabaches y gruesos, como las cerdas del cepillo con el que lustraba mis zapatos del colegio. Ni el viento podía desordenarlo. Para los juegos florales del colegio, pidieron ese sábado, ir a toda mi sección de color amarillo y así   alentar a nuestros equipos.  Rebuscando en mi cómoda, en