Un roble, un toro, un gato... O cosa por el estilo


Un lunes cualquiera a las 04:15 am sonó mi teléfono y recibí la noticia de tu partida
. Me armé de valor, cogí tu foto y fui a buscar a mis hermanos y madre. Ese mismo lunes, el corazón de tu compañera por 50 años, se encogió, lloró y se embriagó del consuelo de todos los que vinieron a verte.


Fueron 3 lunes los que dormiste de corrido, hasta que decidiste despertarnos, despertarnos de madrugada.


Ya en mayo del año pasado nos quisiste asustar con tu partida. Fueron 2 paros respiratorios los que venciste, saliendo por la puerta grande y fría de UCI. En aquella oportunidad dos de tus hijas estuvimos fuera del Perú pero volamos de regreso para ver tu victoria. 


Nueve meses después intentaste ver a la virgen de Chapi, pero terminaste internado en la clínica intentando subir tu oxigenación. Esta vez aquellas 2 hijas, volamos contigo a Lima cargadas con 2 balones de oxígeno y el remisse de una ambulancia en cada aeropuerto. 

 

Ya con esta eran varias las ocasiones en las que dejamos a la muerte tirando cintura… o cosa por el estilo.


Algunas perlitas:  Una mañana recibimos una llamada avisando que estabas en trauma shock, pues te encontraron desmayado por hipoglicemia en un sillón del hospital mientras esperabas tu cita con el doctor.



En otro episodio de emergencia, tu neumólogo confió en tu fortaleza y evitó conectarte al respirador, a pesar que los médicos de guardia nos advertían tu condición "cristal" debido a todas tus dolencias que parecían estar complotadas.


Eras el "tío terrible" de las UCI, el gato de siete vidas, el paciente que venció todos los pronósticos. 


Ahora comprenderás que cuando el 3 de diciembre saliste del paro respiratorio con el que entraste a emergencia, todos agradecidos pensamos en voz alta sonriendo: “¡Este viejito es un roble!” 

 

Luego nos pidieron esperar. Pasaron 12, 24, 48, 72 horaspero esta vez increíblemente no despertaste por completo. Seguías ahí en UCI, conectado a un respirador, sin poder moverte, sin poder hablar, a veces con la mirada perdida, seguro requintándonos por tenerte metido ahí.

 

Varias personas me aconsejaban que te hablara, que podías escucharnos. Así que todos los días te daba el reporte del día, te decía la fecha, la hora, las noticias más importantes, los saludos que te mandaban, te hacía escuchar tus guarachas y boleros… te decía que te quería.

 

“¿Qué estarías esperando viejito?” Mi planificación del futuro no iba mas allá del mañana. 

 

Cuando nos dijeron que te pasarían a piso, reconozco que me asusté. Pero al tenerte a nuestro lado casi todo el día, me permitió darte todos los besos de buenos días y de buenas noches, que te debía de un tiempo a esta parte.

 

Y así llegó el 21 de diciembre, el doctor me dijo que había visto en ti una ligera recuperación,  que tus niveles de toxinas estaban casi normales, que se abría la posibilidad de traerte a casa y pasar navidad juntos. Fue la mejor noticia en semanas, y revivió en mi, una extinta esperanza de verte de vuelta al ruedo.


Hoy Don Jorge Valentín Walter Muñoz Zanabria Campos Valdivia Tejada Urbina, conde de Piedra Luisa, Caballero del Sur, Príncipe de Toluca y Varón de la Ciudad Blanca; está con nosotros camino a Camaná para cumplir la promesa de arrojar sus cenizas al mar.


Usaste tus siete vidas y diste lucha como uno de Lidia. 

Bien decías "En el cielo Dios y en la tierra Muñoz"


¡Ahí nos vemos viejito!


C.

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